Mamá Susa, como la llamaban las niñas y niños de Corme, fue la única matrona que se recuerda en la historia del pueblo. Nació en 1882. Con 26 años (en 1908), su marido marchó para América para no volver, y ella quedó con un hijo de 6 meses a su cargo. Enfermó, y tuvo que ir a Santiago, al hospital. Allí estuvo unos dos años, primero como enferma y luego como enfermera, aprendiendo a atender partos. Cuándo vuelve a Corme, alrededor del año 1910, vuelve a trabajar de matrona, asistiendo también a gente enferma de otras enfermedades.
La gente de Corme la acuerda como una mujer muy alegre y cariñosa, muy competente en su oficio, capaz de cantar y bailar para animar a una mujer en un parto. Le gustaba que los niños y niñas la llamaran Mamá Susa, pues decía que, en cierto modo, era la madre de todos y todas pues los había visto nacer. Las entonces niñas la acuerdan con mucho cariño, pues siempre tenía un abrazo, un beso o un cuento para cada una. Susa da Chasca también se dedicaba a redistribuír la poca riqueza que había en Corme. Se preocupaba por las mujeres que no tenían con que encender fuego. Cuándo una mujer sin recursos daba la luz, además de no cobrar por sus servicios, buscaba en casa de otra que había tenido algo de comida para aquella que no tenía (un poco de harina, habas, chocolate,...)
"Tía Susa" desempeñó un importante papel en nuestra villa en la primera mitad del siglo XX , cuándo la atención médica no era lo que es hoy. Ejerció su profesión de matrona incluso los años 60, más o menos incluso cuándo llegó D. Manuel, el primer médico de la Seguridad Social que hubo en Corme. Murió en 1970, con 88 años. Está enterrada en A Coruña, en el cementerio de San Amaro.
Igual que tía Susa, en Corme hubo muchas heroínas anónimas, mujeres que quedaron solas y supieron sacar adelante a sus familias de la mejor manera que podían en los tiempos del hambre y la escasez. Vaya pues esta biografía de Mamá Susa como homenaje a todas ellas.